Los científicos están derribando las barreras que separan diferentes disciplinas, aparentemente incompatibles entre sí. En la actualidad, es posible integrar tejidos vivos con componentes electrónicos, obteniéndose resultados sumamente prometedores. Por ejemplo, en la Universidad de Reading (Inglaterra), ya tienen un robot que es controlado por unas 300.000 neuronas provenientes del cerebro de una rata.
Un ejemplo muy concreto de esto es el experimento efectuado en la Universidad de Reading, en el Reino Unido. Los científicos, bajo la dirección de Kevin Warwick, han creado un diminutorobot que funciona controlado por un pequeño cerebro construido a partir de neuronas de rata. Este sorprendente ingenio es capaz realizar acciones relativamente complejas, como evitar los choques contra las paredes de un laberinto.
Y esto nos lleva a la primera aclaración que tenemos que hacer: para construir este robot no se extirpó el cerebro de una rata, se lo acondicionó de alguna forma y se lo instaló sobre el hardware. Técnicamente, es un grupo de unas 300.000 neuronas de rata cultivadas sobre una solución nutritiva, conectadas a unos 80 electrodos.
Desde el punto de vista físico, el robot de la Universidad de Reading tiene un aspecto similar al que presenta el héroe de la última película de Pixar: Wall-E. Por supuesto, no es más que una casualidad, y el hecho de que el robot posea un cerebro con componentes biológicos no le proporciona sentimientos humanos (ni mucho menos).
Cuando el robot comandado por Gordon “choca” contra una pared, el grupo de células de rata recibe un estímulo eléctrico y genera una respuesta que le permite al mecanismo evitar el obstáculo. En esta etapa del experimento, el equipo de Warwick esta buscando la forma de que el robot pueda realizar más acciones útiles, aumentando el voltaje que se aplica sobre los distintos electrodos.
Se trata de un experimento sumamente interesante, aunque por ahora su aplicación práctica es más bien nula. De hecho, no vale demasiado la pena complicarse manteniendo vivas 300.000 neuronas solo para que el robot pueda girar o evitar una pared. La misma tarea puede hacer de forma más eficiente utilizando chips de silicio. Sin embargo, no deja de ser un gran paso hacia lo que podría ser el futuro de la robótica.
Pero este importante avance no sólo tendrá aplicaciones en la construcción de autómatas. Los tratamientos contra la enfermedad de Alzhéimer o el mal de Parkinson, podrían mejorarse gracias a los descubrimientos que surjan de los estudios realizados sobre Gordon, ya que esta investigación permite monitorear las reacciones de las neuronas.